NUNCA ES TARDE – UNA DOCENTE JUBILADA SE ARROJO EN PARACAIDAS DESDE 3.000 METROS
Una Profesora Jubilada Huinquense Vivió una Experiencia Inolvidable que Recomienda a Todos
Cuando la gente se jubila suele pensar que muchas cosas se terminan y la etapa esta condicionada por limitaciones mientras hay otros que toman la opción de disfrutar nuevas experiencias y compartir actividades que no podían realizar como fue el caso de la profesora de inglés Adriana García que este sábado se arrojó con paracaídas desde unos tres mil metros para vivir los momentos mas espectaculares y sensaciones únicas en la primera caída libre y luego suspendida en el aire.
La conocida docente huinquense, que trabajó en el IPEM 141 y con clases privadas durante casi treinta años , se acogió al beneficio jubilatorio en 2016 y allí tomó el camino de intentar vivir con mayor plenitud y disfrutar aquellas cosas que no había podido aprovechar; «muchos piensan que todo se acaba pero mi perspectiva fue otra y he sido feliz desde el primer día que me jubilé» manifiesta la exdocente.
Sobre el salto indica que «hacía muchos tiempo que lo quería hacer y siempre me había llamado la atención, mi hijo Sebastián ya e había reglado un salto a Matías y hace poco yo cumplí años y me llamaron para decirme que el regalo era un salto en paracaídas, quedé sorprendida y el sábado lo pude hacer» . Para esta actividad no es necesaria una instrucción y en el Centro de Paracaidismo de Córdoba ( CEPAC) el instructor Héctor se encargó de dar las indicaciones preventivas y de seguridad básicas para hacerlo.
El avión hace un vuelo de unos veinte minutos y cuando se ubica a unos tres mi metros de altura se hace el salto asistido» «son momentos únicos desde que salís, desde arriba lo llamativo son los colores de la tierra y las fracciones tan marcadas, cuando te tirás los primeros veinte segundos son en caída libre y la verdad es que no me acuerdo mucho, cuando se abre el paracaídas y quedas suspendida es una sensación única de libertad plena» cuenta Adriana.
La trayectoria en el aire se cumple en unos seis minutos y si no hay viento, como en este caso, se puede maniobrar el equipo y disfrutar planeando; «es maravilloso y se lo recomiendo a todos, la idea es volver a hacerlo, el aterrizaje lo hicimos sentados y no hubo ningún problema» detalla la exdocente y termina diciendo que «vale la pena hacerlo, para esto no hay edad, solo hay que tener ganas de disfrutar, estoy agradecida a mis hijos que me permitieron vivirlo y disfrutarlo».