UNA ABUELA TIENE 82 AÑOS Y SALE A JUNTAR LATITAS DE ALUMINIO PARA SOBREVIVIR

La vida va presentando desafíos y actualmente las jubilaciones son muy recortadas ante precios de una canasta básica que no para de subir y por esa razón los jubilados que viven solos deben ajustarse de tal manera que muchas veces no alcanzan a llegar a fin de mes y recurren a changas, trabajitos, colaboraciones de familiares o emprendimientos que generen los recursos necesarios y uno de esos casos es Marta , una abuela huinquense , que sale en bicicleta y recorre domicilios o negocios en busca de latitas de aluminio que luego vende.

Marta Reyes en conocida en la comunidad huinquense porque siempre trabajó en casas de familia y hacìa la distribución del periòdico regional Integraciòn , llegando a vender doscientos ejemplares por mes y con eso lograba sustentar su economía, pero ahora cambió el rubro y sale diariamente a recorrer sitios donde puede haber aluminio o metales en los residuos y revisa los canastos y bolsas, achata las latitas y las acopia en su bicicleta para juntar varios kilos y llevarlas a un chatarrero que se las compra.

IR Noticias Centro la consultò en plena tarea mientras aplastaba los envases metàlicos con su pie con una distinguida técnica y rapidez y la abuela comentaba que “yo no tengo problemas en andar porque me gusta, no me gusta ir a pedir como hacen todos, solo voy al área social si la estoy pasando mal, pero si puedo andar salgo y junto cosas y ahora el aluminio me sirve “ asegura la mujer.

Entrando en detalles Marta cuenta que para hacer un kilo de aluminio se requieren unas cien latitas y cuando hay eventos o fiestas se puede llegar fácil a varios kilos pero en la semana es mas complicado; “ya conozco los lugares donde puede haber y les aviso a los dueños también, ahora se me complicò porque me dio vértigo y no puedo andar en la bici y solo me sirve para cargar y hago la recorrida caminando” manifiesta sin problemas.

La jubilada no tiene pensión extra y su ingreso se ha visto reducido porque sacò un par de créditos, comprò cosas cuando se le llovía la casa y con unos cien mil pesos no puede llegar a fin de mes; “mi hijo estuvo enfermo y tampoco me puede ayudar, pero yo no me quejo, mientras pueda andar salgo y me las rebusco” asegura con una sonrisa y agrega «si  me quedo en mi casa me pongo triste porque no pude superar la muerte de mi hermana y me deprimo, asi que salgo y junto las latas».