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PLANTÓ UNA PARRA QUE LE DA 70 KILOS DE UVA Y AHORA PRODUCE VINOS

Un Huinquense en Calamuchita Empezó a Producir Vino Artesanal con una Sola Parra y ya Generó 30 Botellas

Los emprendimientos artesanales de vinos y productos se multiplican con diversas experiencias y el caso de un huinquense radicado en el Valle de Calamuchita es particular porque hace cinco años plantó una vid que le genera más de setenta kilos de uvas y empezó  fabricar vino que ya tiene su primera tanda con treinta botellas y es todo un éxito en sabor y calidad.

Arturo Villarruel es un huinquense que trabajó varios años en el frigorífico Carnes Huinca y luego aprendió el oficio familiar de la construcción pero se radicó en la zona serrana de Santa Rosa de Calamuchita donde multiplicó su familia con once nietos y es un reconocido constructor de la zona. Pero ahora se hizo más conocido por fabricar uno de los primeros vinos de la región  a partir de una sola parra que creció tras el regalo de un vecino que, tras cinco años, produce más de setenta kilos de uva de alta calidad.

En diálogo con IR Noticias Centro contó que le pidió una rama de vid a un vecino para ver si prendía en el patio porque  luego dan una buena sombra; «fue increíble, agarró enseguida y en un par de años ya daba bastante y la última cosecha dejó más de setenta kilos, convidábamos a los vecinos y familia pero era mucho así que empecé a ver videos sobre la elaboración de vino y este año probamos, en marzo hicimos la cosecha y en mayo envasamos treinta botellas con el nombre de Alvaro el primer nieto, el otro día probamos una y esta espectacular».

Villarruel fue un destacado jugador en la primera de Ranqueles y en Nelson Tomás Page y el trabajo y su amor por la naturaleza lo llevaron, con toda la familia, a la zona serrana donde disfruta cada día y es reconocido por ser un prolijo constructor de casas, cabañas y piletas; «amo Huinca pero este lugar es un paraíso, mis chicos crecen acá y ya tengo dos que son futbolistas y hay uno en Racing de Córdoba y el otro estuvo en San Telmo y el sueño es que lleguen a primera» relata el emprendedor.

Los vinos siguen su proceso pero la primera prueba ya pasó el control de calidad con muy buenas referencias en color, sabor, textura y aroma; «esta partida tiene el nombre de Alvaro, el primer nieto y tengo once así que tenemos para una década más» sostiene con ilusión mientras aclara que no agrandarán la producción y que seguirán con la única y potente parra que le regaló el vecino, «mas vale que hay una botella reservada para mi amigo que me dio la vid, jamás imaginamos que de aquella plantita se hiciera esta parra que cubre todo el patio y no para de largar uvas» cuenta el nobel vitivinicultor serrano.

 

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